lunes, 6 de abril de 2015

L'aventure


Un día desperté con tantos problemas en mi cabeza, con tantas actitudes que no eran las adecuadas, y me bañe y cambié como un robot, sin sentir un entusiasmo por un nuevo día, por un respiro más de vida que me daba el sol con su bienvenida matutina. Pero me fijé en detalles tan minúsculos como los de la brisa que trae consigo un aire nuevo, algo que te expande los pulmones. Me di cuenta de que las nubes formando un arte inentendible daban un matiz y una textura indescriptible a un cielo que entre gris y azules se peleaba la mirada de todos nosotros "los de abajo"... y entonces me acordé de que ese ser, ese artista que nos ama tanto, nos deja la herencia de su poder y majestuosidad impregnados en miles de colores y olores, aunque a veces nuestra imperfección nos hace olvidar los más hermoso de esta vida, que radica en los detalles pequeños que nos hacen vivir en grande.

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