jueves, 29 de enero de 2015

El rostro.

Escuchando los terribles pasos del negro animal de ojos amarillos como el sol naciente, languideciendo distendido en las escabrosas escaleras que contaban historias centenarias de mil muertos, de mil generaciones en fotos post-mortem, nitido en su mirada llena de lagrimas sin sal, de lagrimas llenas de desuso, oyóse un maullido tenebroso, sobrecogedor, lleno de las oscuridades mas profundas. 

Y el devenir de los ojos llegando ante mi, majestusos, maliciosos, los ojos que me obsesionaban con la inminente muerte, el laud que sonaba en el fondo indefinido de aquella pesadilla de vagos recuerdos y las palabras que en mi torpe latín escapaban a gritos de mis rajados labios: "Quid mihi et tibi est?!" " Quid mihi et tibi est?" El idioma mas tenebroso, y mis trémulos labios lo decían.

Quedóse el misterioso ser, admirando mi miseria, y caminó, se sentó y maulló por segunda vez, pero ya para ese momento mis venas, frias de sangre cortante, conocían la sensación cómo algo anterior a mis mas profundas depresiones y abismos mentales, entonces reconocí la pesadilla y despertó mi cuerpo, golpeado y sudado, porque, el aún seguía posado en frente de mi puerta.


Julio Mario Orozco

viernes, 23 de enero de 2015

Sin Nombre

Si sucedieras, como lo que mis ojos imaginan serías el calor intangible, un sentir satisfactorio y sus repercusiones valederas.
Si sucedieras como la sonoridad de las sinfonías en mi cabeza, serías un clásico en mi pensar.
Ahora bien, quien es el hombre que se mira en el espejo, el individuo que siente servilismo a los pies de la que desconoce sus afectos. Probablemente ni siquiera sabe quien es ya.

Julio Orozco

sábado, 17 de enero de 2015

El Perfume

Existe algo en tus caderas, intenso como un mirar de picardía, sin embargo tímido como una sonrisa a medio camino, labios trémulos llenos de temor y una esencia que solo me desorienta, una esencia que se halla en la base de tu cuello, verdad escondida detras de tus pupilas, invitaciones a tocar tu mano como si fuera el último día de mi vida.

Existe algo en tus ojos, una tristeza acumulada, un deseo de llegar a donde pudiste haberlo hecho alguna vez, una impía soberbia y una inspiración gastada en los albores que tus viejos sentires habían desatado, suspicaz en la forma de mirar hasta mis matices mas insondables, y mis camuflados quebrantos.

Existe algo en mi cabeza que me hace quererte dentro de un profundo odio.

Se que ganarás mi mente, ergo ganarás mis ojos, ergo ganarás mi vida, ergo moriré acostado en tu pecho.

Julio Orozco

miércoles, 14 de enero de 2015

Para ti

Me desconcertó con sonrisas que podían describir poemas, y con ojos dulces e iluminados cual sol mañanero. Alguna vez juré no volver a caer en un hechizo como el de los brazos posados en mi cuello y los labios de sabor a miel que apuntaban a mi. Pero es que tal magia deja de ser algo irreal cuando te toca en lo mas profundo del ser y cuando empiezas a sentir algo mas allá de lo que los pensamientos lograban ver en lo profundo. Es en ese momento inexplicable en donde logro dar una pequeña definición de lo que es amarte.

Julio Orozco

miércoles, 7 de enero de 2015

El Aferrarse

Hola musa mía, he pensado en estas noches, en las que mi cuerpo frío recuerda tus labios, sublimes fuentes de sabor, que ya me he cuestionado que sería de mi en caso de una abrupta ausencía de parte tuya en mi existencia. Un frio glacial se apoderó de mi corazón, dejando mi cuerpo vacío de espíritu y empapado de invierno. Pero te vi ahí a mi vera con los risos dorados que caian en mis hombros, y me di cuenta de que querer es trabajo de dos. Esos detalles de tocar mi hombro con tu mentón de marfil, de ver hacia mis ojos de ébano que reflejaban tu ser. Esos pequeños párrafos que hacen de nuestra historia un mar en eterno movimiento. Me di cuenta entonces de que aunque pude ser alegre en diversos momentos del vivir, ser feliz es algo mas profundo y permanente.

El Diario de Jorge

Un recuerdito, de esos vagos y lejanos, me recorrio toda la columna y me despertó por segunda vez en esta semana. A veces no se necesitan palabras para describir emociones y en ese momento no supe si sentir miedo o desesperación, pero el mismo sueño, me había tenido acosado por 5 meses, desde la muerte de Andréa. Desde que soy viudo me siento libremente condenado. Sí! Libremente condenado. Extraño tener que poner todos los platos en la mesa y limpiar el polvo de vez en cuando, aguantarme berrinches de días de tristeza hormonal. De hecho, ya mirar al techo blanco, ligeramente manchado, me está volviendo neurótico. Creo que un ritual que acompaña al hombre triste es el de dejar crecer la barba simplemente porque sí y en mi caso, ya unas canas han empezado a florecer Sin embargo sigo siendo bastante funcional aparte de todo el problema que pensar en la muerte me ha producido. Pago las cuentas, alimento al perro todos los dias y por las noches veo la tv sin verla. Creo que después de cinco meses aún no me dan ganas de hablar con ningún amigo cercano, mis dias han sido básicamente una rutina de ir al trabajo almorzar en el centro y películas hasta dormir. Hoy recibí un mensaje en la contestadora, era Martín (mi hijo) solo saludando, con su muy notable preocupación ensayada, e invitándome a un trago el día de mañana cuando llegue a la ciudad. Es obvio que le aceptaré la invitación, pero solo para sacármelo de encima y porque la experiencia así me lo dicta. Esperemos que el día de mañana pase rápido, por lo pronto empezaré a esperar al insomnio mientras el trémulo fuego de la chimenéa me recuerda un abrazo perdido en el tiempo.

Julio Orozco